CAIFAS TIENE MIEDO

El miedo que siente Caifas cada Lunes Santo es una emocion caracterizada por un intenso sentimiento habitualmente desagradable, provocado por la percepción de un peligro, real o supuesto, presente, futuro o incluso pasado.

Cuando se acerca la epoca cuaresmal comienza a despertar de su realidad bajo su sabana deteriorada por el trascurrir de un año sin nadie tocarla y quizas sin mirarla.Como de constumbre en cada cuaresma, ya escucha mas ruidos de los habituales en su particular palacio, el almacen de la avenida de Coria, eso le empieza a incomodar, sabe que pronto sera la mudá y le llevarán junto al "blasfemo". En esos momentos empieza a sentir el temor que se le avecina, él no sabe porqué pero cada año le vuelve a ocurrir.

Caifas continua en el mismo sitio de siempre, con la misma sabana y en la misma escena, aunque ya sabe que se esta moviendo, ya sabe que se esta acercando, ya sabe que lo tendra justo al lado.ya más que saber siente.

Ya llegó al verdadero Palacio, después de mucho ruido y movimiento, lo destapan, quitandole la sabana que cubría todo su rostro. Mira alrededor y lo primero que ve a su lado es el "blasfemo" y justo detras toda una escena acompañada por su tribunal supremo. Por tanto no tiene temor, todo se esfumo en segundos. A partir de ese instante pensaba que él era lo máximo y que allí mandaba.

Lunes Santo, Caifas viene desde Triana acompañando al Soberano Poder, repitiendo la antiquisima parodia recreada por el mismo : ha blasfemado, reo es de muerte, mirando a Jesus y presentandolo a todos los que lo miran. Con la más absoluta de las soberbia y pensando en su triunfo.

Al pasar el puente de Triana no se siente igual de bien, ni con la misma arrogancia que antes no sabe que le pasa, o mejor si lo sabe, vuelve a tener miedo, no quiere que llegue el momento de angustia. Ahora de nuevo todo vuelve a esfumarse, tiene muchas ganas de marcharse, quiere bajarse, solo piensa en huir. Al "blasfemo" lo llevan con mucho mimo y le estan aplaudiendo a reventar. A él nadie le echa cuenta parece que no está.

Caifas con el miedo metido en las entrañas mas oscuras de la mente, sigue calle abajo buscando la Magdalena, y él solo piensa en bajarse, pero no le dejan, en cada intento se lo impiden. Llegando a la Campana, Caifas, lleva la boca seca, el pulso acelerado. Se ha quedado sin habla. Solo lo queda pensar, mientras mira de reojo a un lado y a otro: la parodia soy yo. Al "blasfemo" le están tocando marchas de victoria.

Continuo el resto del camino solo pensando en volver a casa, bajo aquel trapo que le duraria otro año y que le ayudaria a volver a su particular palacio y poder terminar su desagradable pesadilla.

Miguel Angel Rojas