Esto ya hace algún tiempo que salió estrepitosamente de mis manos
para alguien que nos dejó. Aunque pase el tiempo, la herida seguirá profunda. Por eso quiero
compartir las mismas palabras que pude leer con mucha fuerza, el ocho de marzo de
este mismo año. Para los que estuvieron, para los que no pudieron estar y sobre
todo para él porque sé, que
sigue con nosotros.
Como cada año, nos volvemos a reunir en esta bendita
parroquia para unir un poco más los lazos que nos unen con la hermandad de los
Ángeles. Este concierto se celebra anualmente antecediendo la salida procesional
de nuestros titulares, sin embargo hoy mi hermandad y mi banda Amor de Cristo
me dan el permiso de poder homenajear a un ser querido, con ello se involucran
en este acto.
Hace
exactamente dos meses que salió volando un Ángel de este pueblo, salió con
mucha fuerza, salió sin avisar, salió cuando aun quedaban destellos de las
fiestas navideñas, la tarde era fría, los niños seguían con la ilusión de sus
regalos. Mientras, los mayores teníamos la mirada orientada en la conocida
cuesta de aquel mes. Los que nacen para ser Ángeles no saben cuando puede
llegar el momento de su vuelo. Los Ángeles sin quererlo ni saberlo son unos elegidos
y privilegiados de Dios.
En
mis recuerdos de la infancia no puede faltar este Ángel en ningún instante,
recuerdos que tristemente no me dejan verlo con la suficiente nitidez que yo
quisiera. Pero siempre y casi sin querer vuelven aparecer en mi memoria. Recuerdo
jugar al fútbol en el desaparecido campo del patria. Recuerdo cuando nos
hicimos hermanos de La Estrella en la década de los 80. Recuerdo, incansables
noches de feria que convertíamos en extensas mañanas. Recuerdo siempre una
sonrisa en su cara, por muy mal que le fuesen las cosas. Aunque, por más que
quiera, no recuerdo la última vez que hablamos, por eso quiero dedicarle estas
palabras, palabras que han salido de lo más hondo de mi alma haciendo un gran
destrozo en mi corazón.
Este ser querido para muchos de nosotros
no fue un ser cualquiera, para mí, mucho menos, puesto que me abrió los ojos
descubriendo porque nacen los Ángeles. No hace falta ir muy lejos para ver un
Angel, podremos ver cientos, o quizás miles a lo largo de nuestra vida, la
diferencia es la importancia que se le de cada uno. No hace falta buscarlos, en muchas de las
ocasiones nos lo encontramos, como se diría en ésta tierra, de repente. No hace
falta que sea en una iglesia, ni siquiera cuando un paso de palio pasa frente a
nuestros ojos. No hace falta nada de eso, un Angel va más allá y puede aparecer
lo mismo en unos pendientes de mujer, que en la entrada de una casa o en un
viejo lienzo olvidado. Pese a todo, nadie los observa, muriendo en la
ignorancia de nuestra vista.
Desde aquel fatídico día cada angelito
que aparece por cualquier rincón, creo que tiene su simbolismo y siempre tendré
presente que ese Ángel antes de ser Ángel en el cielo, fue Ángel en la tierra.
Miguel Ángel Rojas.
Miguel Ángel Rojas.
A pesar de todo lo que nos a pasado y del asco que te tengo tengo que reconocer que escribes con el corazon ole tus cojones muy bonito lo que as escrito
ResponderEliminarPrecioso
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